La cooperación internacional se ha convertido en un elemento esencial para el éxito y la sostenibilidad del sector social. A través de la colaboración entre diferentes países, organizaciones multilaterales y filantropía global, las organizaciones del sector social podemos abordar de manera más efectiva problemas que no conocen fronteras, como la pobreza, el cambio climático y las desigualdades sociales, sólo por nombrar algunas.
Además, el escenario global busca cada vez más involucrar a la sociedad civil: los problemas son globales pero requieren que los abordemos a nivel local. Este fenómeno se conoce como “glocalización”, concepto nacido en la década de los ‘80, proveniente del mundo empresarial con el espíritu de “pensar globalmente pero actuar localmente”.
Pero, ¿qué es la cooperación internacional? ¿En qué beneficia a nuestro sector? ¿Cuál es su agenda y cómo podemos generar vínculos efectivos para una estrategia sostenible? La Fundación Konrad Adenauer define la cooperación internacional como “acciones llevadas a cabo por Estados-nación u organizaciones de éstos, actores subnacionales u ONGs de un país, con otro/s de estos actores perteneciente/s a otro/s país/es, para alcanzar objetivos comunes en el plano internacional y/o en el nacional de uno o más actores.”
La cooperación internacional en sus inicios era comprendida como las modalidades de colaboración entre estados, a través del intercambio de recursos técnicos y/o financieros, de manera directa (bilateral, es decir, de un país al otro) o indirecta (canalizada a través de mecanismos multilaterales, por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas o el Banco de Desarrollo para América Latina - CAF). Sin embargo, en las últimas décadas, ante la necesidad de generar desarrollo sostenible en varias regiones del mundo de manera descentralizada, la sociedad civil comenzó a tomar un lugar central en la implementación de la agenda de desarrollo de los países. Incluso las Naciones Unidas reconocieron esta importancia generando espacios formales de cooperación e inclusión de la sociedad civil, a través del Consejo Económico y Social (ECOSOC).
Uno de los principales beneficios de la cooperación internacional para nuestras organizaciones, potenciando nuestra capacidad de generar impacto positivo a nivel global, es el acceso a recursos financieros, conocimientos técnicos y redes de apoyo globales. Por ejemplo, iniciativas como el establecimiento de la Agenda 2030 han sido posibles gracias a la colaboración entre diversas organizaciones internacionales.
A través de la cooperación, nuestras organizaciones pueden fortalecer sus capacidades mediante programas de formación y desarrollo, el intercambio de conocimientos y buenas prácticas, mejorando así nuestras habilidades y conocimientos. Participar en redes internacionales también incrementa nuestra visibilidad y credibilidad, posicionándonos como actores clave en la arena global.
La cooperación internacional fomenta la creación de sinergias y alianzas estratégicas, multiplicando el impacto de las iniciativas locales. Esto se traduce en la posibilidad de trabajar conjuntamente en proyectos más ambiciosos y de mayor alcance. Asimismo, podemos adoptar enfoques innovadores y adaptarnos a nuevas tendencias y tecnologías gracias al intercambio continuo con socios internacionales.
Es importante también destacar que la innovación y la tecnología están revolucionando la cooperación internacional, facilitando soluciones más eficientes y efectivas. Como hemos mencionado, en los últimos años, ha habido un cambio significativo hacia el abordar temas globales con implementación local, como el cambio climático y la equidad de género, con un componente necesario: el uso de la tecnología en las soluciones propuestas.
Además, el análisis de grandes volúmenes de datos, conocido como big data, para postulaciones en convocatorias y la gestión de proyectos previos, mejora la toma de decisiones, la medición de resultados y la eficacia de los proyectos. La digitalización no solo optimiza la administración de proyectos, sino que también permite una colaboración más estrecha entre organizaciones de diferentes partes del mundo, superando barreras geográficas y temporales.
En términos de financiación, la tecnología también ha cambiado la forma en que trabajamos en cooperación internacional: los fondos de inversión de impacto están emergiendo como una alternativa poderosa para movilizar recursos. Estos fondos no solo buscan retorno financiero, sino también un impacto social y ambiental positivo, alineándose con los objetivos de muchas organizaciones sociales. Este tipo de financiación está facilitando proyectos innovadores que anteriormente no habrían sido posibles.
Para Kubadili es clave mantener un esquema de cooperación internacional que resalte igualmente la importancia de la co-creación de proyectos, la participación equitativa de todos los actores involucrados, y el respeto por las culturas y contextos locales. Desde el Sur Global, y como organización social, tenemos una visión que rompe esquemas tradicionales de la cooperación internacional.
Podemos ayudarte a generar nuevos proyectos de cooperación internacional con esta mirada. Contáctanos hoy mismo para comenzar a colaborar y potenciar tus iniciativas globales.
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